JAVI

Hoy os voy a contar como conocí yo la cosa esta de los auxis. Corría un verano cualquiera de mediados de los ochenta, cuando conocí a Javi. Era un muchachote de un barrio de León que empezaba a salir con una prima mía. Hasta ahí, todo es de lo más normal, pero llegó un día en el que me enteré de que, aquel muchacho, se encontraba en Baeza, en la Academia de Guardias Auxiliares. Poco a poco fui descubriendo que era aquello de hacer la mili en la Guardia Civil, en realidad fui descubriendo muchas cosas de la Guardia Civil. Poco después, aprobó para Guardia y se casó, por fín con mi prima, aunque poco después de su boda le tocó aquel temido año en el Norte, en el Nucleo de Servicios de San Sebastián. Un buen día, le llamé y le dije: yo quiero ser auxiliar, por lo que lo mareé a preguntas, con el fin de satisfacer mis inquietudes, durando la brasa hasta que entré por la puerta de la Academia e incluso cuando estaba allí. Hoy Javi sigue en la empresa y yo le estaré eternamente agradecido por darme a conocer algo que marcó mi vida para bien.

Extiendo mi agradecimiento a todos aquellos Javieres que nos aguantaron el coñazo hasta que un buen día nos pusieron en la mano una manta, un rollo de papel culinario y un montón de cosas más, es decir hasta que pudimos pasar de ser admiradores, a ser compañeros.