Hoy quisiera realizar una reflexión más seria, a la luz de estos meses en los que hemos podido reivindicar la figura del Guardia Civil Auxiliar, sobre lo que supuso cumplir con nuestras obligaciones militares en una Institución tan especial. Lo cierto es que, gran parte de los que acudimos a aquella llamada, quedamos particularmente marcados por una serie de valores y sentimientos que son de difícil explicación en una sociedad muy secularizada. Cuando un jóven de 17 años decide entrar en un mundo en el que el perder la vida en cumplimiento del servicio puede resultar, extrañamente, habitual -creo que no es necesario recordar los años ochenta y principios de los noventa-, resulta claro que existe algo más allá de lo material que hace que, tantos años después, haga que, cada vez que vemos una pareja de la Guardia Civil o pasamos por delante de un acuartelamiento de la Benemérita, nos de un vuelco el corazón. En el fondo de nosotros mismos hay algo que nos pide a gritos volver a decir: "SOY COMPAÑERO", sin otra pretensión que expresar al guardia o guardias que tienes delante que tú también has vestido ese uniforme, que has pasado hambre y penalidades en la Academia, que también has pasado noches de frio en una garita o en una puerta, que te has quemado las pestañas en unas pantallas de vigilancia, que te has enfrentado a ciudadanos que no han entendido tu labor o responsabilidad, que has llorado por el compañero caído, por la injusticia que ha cometido contigo el mando -u otro compañero-, que has reído delante de unos botellines de viernes al mediodía, que has sentido la ilusión de ser Guardia Civil...
Es cierto que España no se c aracteriza por reconocer nada a sus hijos, y esto lo podemos extender a la propia Guardia Civil como Institución, donde la máxima recompensa sigue siendo la satisfacción del deber cumplido.
La Guardia Civil debe de saber que, más allá de cualquier oropel, formó a una serie de ciudadanos que, en la mayoría de los casos, se han integrado en todos los estratos sociales y que, además, se guían por inquebrantables principios de lealtad, disciplina y espíritu de servicio. Estos ciudadanos, además, son los mejores valedores que tiene en el seno de la sociedad la Institución.
Recientemente me enteré que se había creado la figura del Guardia Civil honorífico, y en mi fuero interno pensé, que si alguien se merecía tal distinción, eran los miles de Guardias Auxiliares que pertenecieron de verdad a la Guardia Civil, y que por circunstancias no pudieron/quisieron seguir en la Benemerita. Ese cambio simbólico de la boina por el tricornio, hubiera sido, emotivamente hablando, la mejor recompensa que se podía ofertar. Es cierto que vivimos en un país poco dado a la proliferación de símbolos, que por cierto, construyen Nación -y a la toma de posesión del Presidente de Estados Unidos de ayer me remito-. Pero esto puede, y debe cambiar. Hoy peleamos por un pequeño distintivo, y aunque sólo sea por lo histórico de la figura, no puede moralmente, nadie honrado y que quiera a la institución, denegarlo en base a determinadas filias o fobias.
A día de hoy, y me lo vais a permitir, yo tengo mi recompensa, consistente en haber posibilitado que muchos compañeros se reencontraran, que muchos otros desempolvaran sus viejas fotos para disfrute de todos, que otros vuelvan a colgar cualquier objeto con la espada y los líctores en sus despachos, casas, clubes.. En fin, hoy día puedo volver a despertarme con el convencimiento de que a lo largo de la geografía española, un pitufo mira su boina con nostalgia y con el HONOR de haber sido parte de una Institución sacrificada, incomprendida, maltratada, eficaz, histórica, respetada y sobre todo y por todos nosotros: querida.
Para ilustrar hasta donde estábamos involucrados, no se me ocurre mejor foto que la que me manda el compañero 1175 de la 7ª Promoción, tomada en el Móvil de Madrid (al que he de dedicar una entrada) en la que, la figura que verdaderamente remueve las entrañas con una inyección enorme de ternura, es la niña en el triciclo detrás de los pitufos. En 2009, aquella niña del triciclo, es para muchos de nuestro compañeros auxiliares que hoy como profetas siguen sacrificándose por nosotros en las casas cuartel de la Guardia Civil... su propia hija.
JEFE DE CLASE
14 comentarios:
CHAPÓ JEFE DE CLASE.
Magifica exposición me dan ganas de llorar.Un saludo
Gracias por las palabras tan emotivas que nos dedica, como tu bien sabes pertenezco a la 3 promocion bis y estuve destinado en el movil de Madrid en el cual conocimos a muchos hijos de guardias,cabos,suboficiales y oficiales de todas las graduaciones, para nosotros eran como nuestras familias tanto es asi que a dia de hoy y gracias a dios todavia sigo manteniendo gran amistad con esos niños que son ya personas adultas, tal es el caso de mi amigo Javier Adame hijo del guardia Adame, un beso para todos
amen
por cierto si miras la foto el segundo por la izq soy yo 1175 7prom los demas son todos de malaga
un recuerdo pa todos ellos
Mi recompensa por el servicio prestado en la GC se resume en 2 cosas:
* La satisfacción del deber cumplido.
* Los compañeros
Se puede decir mas alto pero no mas claro Jefe de Clase.
Uno de la 23.
gracias compañero porque tu humanidad y humildad me encanta y gracias a ti me haces recordar momentos de orgullo y de nostalgia una nostalgia que lleva algo de bueno y de malo que recuerdos tan bonitos ojala algun dia vuelvan aunque cada vez es mas dificil.
solo decir que con compañeros como tu uno se siente mas GUARDIA CIVIL AUXILIAR, un abrazo
Me quito el sombrero por tu gran exposición, por plasmar esos sentiminetos que, creo, que recorren el corazón de todos o casi todos los que hemos pasado por la Benémerita.
Me siento orgulloso de haber pertenecido a este cuerpo tan glorioso y me siento orgulloso de la GUARDIA CIVIL
Sigo este blog con relativa frecuencia, vamos que está en mis páginas favoritas, y he de decir que esta entrada con la que nos ha deleitado el JEFE DE CLASE, es con diferencia la mejor, la más sincera, y que posíblemente sólo comprendan completamente los que fuimos axiliares.
Aux de la 8º, ya nos queda menos para el 25º aniversario, esperemos que con distintivo.
Sigo este blog con relativa frecuencia, vamos que está en mis páginas favoritas, y he de decir que esta entrada con la que nos ha deleitado el JEFE DE CLASE, es con diferencia la mejor, la más sincera, y que posíblemente sólo comprendan completamente los que fuimos axiliares.
Aux de la 8º, ya nos queda menos para el 25º aniversario, esperemos que con distintivo.
Buenos días.
este es mi primer comentario después de más de 15 años, he sido Auxiliar de la 31 promoción e instructor de la 34prom. 34 cía. Mi nombre es P. De la Paz. Solo quiero enviar un fuerte abrazo y desearos lo mejor, ya hemos rehecho nuestras vidas, pero en el fondo siempre sentiremos ese ardor en el corazón cuando vemos ese uniforme que un día llevamos. Un abrazo a todos.
pertenecí a la 7ª promocion, fuí cabo cuartel, si no recuerdo mal de la 4ª CIA. con el número 571, acabo de decubrir rste foro, me he perdido el homenaje de los 25 años,
Me parece reconocer compañeros de la 1ª Compañia.....pero hace tanto.
Abrazos.
Hola compañeros, fui el CABO FURIEL de la 1 compañía de la 34 promoción. Os acabo de conocer y para mi ha sido todo un orgullo ingresar en los auxis(como nos llamaban), me hice guardia profesional y especializado en información y GAO. ahora estoy jubilado por una terrible enfermedad que me hizo mucho daño. Y JEFE DE CLASE con tus palabras me has hecho sentir cosas tan intensas en mi corazónis lagrimas han salido a borbotones. GRACIAS DE VERDAD A TODOS, supongo que cuando TERMINARON LOS PITUFOS se termino una era.
firmado Damian Blazquez . CABO FURIEL
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