Este blog está creado por un Guardia Civil Auxiliar que viendo que se olvidaban de lo que fuimos, ha decidido que hasta aquí habíamos llegado. Como me lo hago yo solito, tendréis que disculpar las demoras, las incorrecciones y los fallos en los que pudiera incurrir. Si eres un Guardia Civil Auxiliar, esta es tu casa, envíame lo que quieras y en cuanto mis obligaciones me lo permitan, podrás verlo colgado en este blog . Para cualquier cosa mi dirección de correo y la oficial de este blog es casacuartel@gmail.com , aquí no se censura nada (salvo por lo que vosotros sabéis, las identidades y las imágenes nítidas de personas), a no ser que te pases, claro, que entonces te pediré el número y te metere un cuerno.

BIENVENIDOS PITUFOS

viernes, 29 de mayo de 2009

LA AVENTURA COMENZÓ AQUÍ (THE FINAL)


Y esta historia llega a su fin o, tal vez ¿no será el principio?. Seguid disfrutando de la historia de nuestro compañero Richie, el terror de Usera...

LA AVENTURA COMENZÓ AQUÍ (THE FINAL).
(y volvió a resurgir gracias a la valentía de un “pitufo cojonudo” –con perdón-, que no tuvo reparos en alzar la voz y decir: ¡Eh, qué todavía estamos aquí!)

Sobre las siete horas de una fría, húmeda y oscura mañana del mes de octubre de un año del Señor, se desplazó, por sus medios, nuestro ya querido amigo Richie, para someterse a las últimas pruebas determinantes para su selección como guardia civil auxiliar. Quizás lo único templado en el Colegio de Guardias Jóvenes “Duque de Ahumada” eran sus nervios, pues realmente hacía como dicen los canarios “un pelete” de Madre y Señor Mío.

Por un día brindaron las instalaciones y cedieron su casa nuestros futuros “hermanos” –los Polillas-, pues todos los jóvenes allí presentes tenían un objetivo común: ser futuros miembros de la Guardia Civil, unos de forma permanente y otros provisional (hasta la finalización del período de servicio militar).

La mañana transcurrió rápida, unos tests de inteligencia por aquí, otros de personalidad por allá y unos cuantos de conocimientos culturales, hicieron que en un abrir y cerrar de ojos los aspirantes estuvieran disfrutando de unos rayos de sol pasada la mediodía, en el Patio de Armas de la tan ilustre cuna que heredaron los hijos de quienes lo dan todo por la Patria.

La verdad es que nuestro querido amigo Richie salió de dichas instalaciones muy contento, con la satisfacción del deber cumplido, pues estaba en el convencimiento que todo su esfuerzo sería recompensado con una plaza para prestar el servicio militar en el tan ansiado voluntariado especial de la Guardia Civil.

Pasó más de un mes, pero un 22 de diciembre -el “Día de la Salud”-, mientras en el edificio colindante (Loterías) que hay casi enfrente del antiguo 11º Tercio, muchos españoles miraban atentos las bolas mágicas que llevarían a algunos a ser millonarios, a nuestro Richie le dieron el mayor de los premios que podía esperar, iba a ser alumno en la Escuela de Guardias Civiles Auxiliares en Baeza (Jaén).

Esto no ha terminado aquí, continuará con otras historias que presentéis en cada una de vuestras nuevas entradas en nuestro Blog……………

lunes, 25 de mayo de 2009

SI DE VERDAD VALE LA PENA HACER ALGO, VALE LA PENA HACERLO A TODA COSTA.


Estimados Pitufos:

Con esta acertada frase de Chesterton, al que profeso sincera devoción, he decidido hacer una entrada en este blog.

La solicitud de un distintivo que reconozca una realidad histórica, como la que entre todos construimos en la Guardia Civil, no parece que tenga que plantear más obstáculo que el necesario impulso de la Institución para su consecución. Han sido muchas las resoluciones negativas planteadas a nuestra demanda, sin embargo, desde las primeras, absolutamente frias y administrativas, a las últimas reconociendo lo histórico de la figura: algo se mueve en el seno de la Benemérita.

No son cuestiones de índole jurídico o adecuación a la norma las que lleven a conceder o denegar lo que pedimos, son razones morales: La juventud de aquellos chavales, la época complicada en la que decidieron irse voluntarios a un Cuerpo que ha sufrido la perfidia del terrorismo en primera persona, la ilusión por servir, la convivencia cuasi-familiar en las Casas-Cuartel con las familias de los guardias...son razones de poderoso peso y difícil oposición. Cuestiones más prosaicas han sido distinguidas y reconocidas a lo largo de la historia ¿Por qué esta no?.

No debe de decaer nuestro ánimo y, a toda costa, tal y como dice el título, hemos de empeñarnos en conseguir lo que es justo y lo es, no sólo por nosotros, sino por los nuestros y por los que nos contemplan desde el lugar reservado a los mejores.

Existe una cuestión que tenemos muy metida dentro y es que, ante una adversidad la Guardia Civil nos enseñó a mostrar más firmeza. Todos han de saber que, como buenos españoles y buenos Guardias Civiles Auxiliares, cualquier contrariedad, lo único que hará en nosotros es aumentar nuestro pasión hacia la Institución a la que con tanto cariño pertenecimos....no, PERTENECEMOS.

sábado, 16 de mayo de 2009

TODO COMENZO AQUÍ (3ª PARTE)


Y como no hay dos sin tres, continuemos con las hazañas de nuestro compañero Richie, ¿conseguirá su objetivo? seguro que sí, los documentos nos lo acredita, veamos que nos dice:


Por fin llegó el día de la verdad, ahí estaba nuestro amigo Richie a primera hora de la mañana en el 11º Tercio de la Guardia Civil, sito en la calle Guzmán El Bueno, edificio contiguo a nuestra querida Dirección General, para ser sometido a cualquier prueba médica que le echaran en cara. Como es fácil acertar salió triunfal de este primer quite, si me permitís el argot torero.

Si alguno no lo conoció, por no ser de Madrid, el botiquín se encontraba por aquellos años en una de las últimas plantas, y en el pasillo donde se hacía cola estaba la puerta del COS, entonces con un cartel en el que figuraba la leyenda “ALFA-30”. Cada vez que entraba algún guardia civil se podía ver un impresionante mural con un mapa de la provincia donde había clavadas muchas banderitas de colores y emisoras constantemente solicitando datos de matrículas. Algunos de nosotros teníamos los ojos más abiertos que un búho con luna llena.

Después siguieron las famosas pruebas físicas, quizás la más complicada era aquella que empezaba en suspensión pura, pues hacer las flexiones que contaran como correctas era todo un triunfo. Las demás se pasaron como un mero trámite, hasta que llegó la prueba reina –los ocho pedazos de kilómetros-. Recuerdo que nos montaron a todos en un autobús verde con los rombos rojos oficiales de entonces, para dirigirnos al Colegio de Guardias Jóvenes, donde en sus exteriores emprenderíamos nuestra particular hazaña. Creo que nuestro protagonista no había corrido nunca en tan buenas condiciones: pista irregular llenas de piedras y baches, un sol de justicia, etc. El único inconveniente era ser testigo del sufrimiento de muchos aspirantes que veían impotentes como se quedaban en el camino, con episodios dramáticos que daban trabajo a la ambulancia que cerraba la prueba.

Después de los años pasados, creo que está fue la prueba más solidaría en la que pudo participar nuestro amigo Richie, todos ayudaban al “compañero” -aunque nunca lo había visto antes-, pero por el mero hecho de tener su misma inquietud, así se le consideraba, resulta obligado ahora recordar con especial afecto a un COMPAÑERO (con mayúsculas), que a la postre luego fue Furri, quien llevó en volandas a muchos de nosotros, controlando flatos, respiración etc. Lo dicho un buen tipo.

Por fin, a lo lejos se adivinaba la ansiada meta, donde guardias civiles veteranos alentaban los últimos metros de los corredores. No sé lo que sentirá aquel que llega primero a la meta en una maratón, pero nuestro amigo Richie en el momento de cruzar la línea creyó haber logrado alcanzar una cota 8.000. Como premio, el pasaporte para hacer el examen escrito, estas primeras fases habían sido el primer éxito militar de su carrera.


CONTINUARÁ……………

viernes, 8 de mayo de 2009

QUIERO CONTAROS UNA BREVE HISTORIA




Estimados pitufos:


Nuestro compañero Miguel el "torero", me ha enviado una emotiva historia con la que, generosamente, quiere hacernos partícipes de lo que fue esta aventura para él. Además, hace poco estuvo en Baeza y se hizo una foto frente al Monumento a los Caidos, que podréis comparar con la suya nevada que está en este blog. Igualmente me ha parecido oportuno ilustrar esta entrada, que no es mía, sino de nuestro compañero, con la muñeca que le regaló a su madre y que, ella, guarda como oro en paño. Me comenta que es una lástima que no hubiera muñecas guardias civiles auxiliares, pero, a falta de pan, buenas son tortas, aquí os dejo su historia:




Quiero contaros una breve historia que comienza la última semana del mes de marzo de 1987, nada menos que en el siglo pasado, y es que, como dice Enrique Bunbury: “de todo comienza a hacer ya mucho tiempo”.
Esa semana fue la previa a la ansiada jura de bandera de la 12ª promoción, acto en el que dejamos de ser pitufos para por fin convertirnos en Guardias Auxiliares. Casi nada.
Lo recuerdo como unos días de mucha tensión, donde estábamos perennemente angustiados con no cometer ninguna torpeza que diera al traste con los tres meses de formación. Habíamos llegado casi al final y la idea de que cualquier desliz podía hacer que repitiéramos el curso con la siguiente promoción –ese era el menor de los males- o que fuéramos expulsados y enviados a algún cuerpo disciplinario a cumplir el servicio militar, flotaba en el aire inspirada por radio macuto, esa emisora de noticias que no se sabe de qué fuentes se nutre, pero siempre presente en todos los cuarteles.
Uno de esos días nos reunieron en las aulas, agrupados según nuestra provincia de procedencia, para asignarnos nuestro destino en el cuerpo, para muchos, el primero de su carrera, para otros, el primero y último. Y allí estaban en la pizarra escritos los destinos y el número de plazas que correspondían a los madrileños, en mi caso, pues me honra ser hijo de Madrid. Se cumplían los pronósticos y los temores de varios meses se disiparon pues era cierto que no tendríamos problemas en volver a casa, al ser la proporción entre aspirantes y vacantes de 1 a 4. Inmensa alegría, ahora tocaba acertar con el destino idóneo y las posibilidades eran muchas y, aunque no recuerdo todos, sí se encontraba el temido móvil de Madrid, la 112 comandancia Madrid exterior, AME, no sé si algo de tráfico y el que desde el momento en que lo avisté fue mi objetivo, la Presidencia del Gobierno. De repente, mi objetivo era el mismo que el de los grandes políticos del país, con la incertidumbre de cómo sería aquello. No tuve problemas en elegirlo, las plazas eran 12 y mi posición entre los madrileños no peligraba que, aunque nunca fui un estudiante aplicado, al ingresar en la academia me transformé en un estudiante diligente, que no empollón, acuciado por la ansiedad de volver a casa. Buenas notas Torero. Oreja y vuelta al ruedo.
Y acerté, os aseguro que acerté…
… y esto demuestra que no todos los destinos y puestos en la Guardia Civil para los “auxis” eran malos. El día de incorporación al destino nos trasladaron, a los 12 recién estrenados auxiliares, con nuestro flamante uniforme desde la Dirección General a la que durante 15 meses sería nuestra casa, el palacio de la Moncloa. Esa fue la última vez que vestí dicho uniforme. Debíamos entrar y salir del recinto vestido de paisano, para no ser presa de los aficionados al coche bomba, que ya podrían aficionarse al scalextric, que por aquellas fechas nos traían fritos. Realizábamos el servicio con el traje de faena, eso sí, bien guapos.
Viviríamos a escasos cien metros de la morada del presidente de la nación, y su familia, en un pabellón habilitado para los miembros del Cuerpo que prestaban servicio y donde no faltaba ninguna comodidad. Nos olvidamos por completo de imaginarias, servicios de cuartelero, de la limpieza de compañía pues aquí está lo bueno, ¡teníamos señoras de la limpieza!, duchas de agua caliente sin restricciones, no existía el toque de diana y silencio a las once de la noche, evitable siempre que no cometiéramos ninguna fechoría. Vamos, como unos señores.
La comida buena por doscientas pesetas de la época y el servicio sin muchas apreturas, doce horas de servicio y veinticuatro o cuarenta y ocho libre, dependiendo de si eras saliente de día o noche. Qué maravilla.
Además nos brindó la posibilidad de convivir con la Policía Nacional, que también prestaban servicio allí, y hasta con un Policía Municipal que, al absorber el recinto de presidencia una calle de la ciudad, el hombre se quedó allí destinado para no hacer nada, pero era un tipo muy agradable y sin duda feliz. ¿Os imagináis que multara a los coches oficiales por mal estacionamiento o exceso de velocidad?
Todo tiene su parte negativa, por ejemplo: debíamos dormir allí todas las noches, exceptuando los fines de semana, y el servicio de garitas era casi exclusivo del auxiliar, pero fuimos testigos de hechos que difícilmente cualquier ciudadano hubiera podido vivir. Eso es algo que guardaré para mí por discreción.
En definitiva, mi paso por el Cuerpo siempre lo recordaré con mucho cariño. Me siento afortunado y sin dudarlo repetiría la experiencia.
Lástima que los jóvenes de hoy no tengan la posibilidad de probarlo.




martes, 5 de mayo de 2009

TODO COMENZO AQUÍ (2ª PARTE)


Estimados Pitufos, como podéis observar, estáis siendo testigos del nacimiento de un autentico Guardia Civil Auxiliar, y todo, gracias a la cortesía de otros compañeros que, nos transmiten el relato, con promesa firme de seguir haciéndolo. Hoy, podemos ver como el aspirante Richie afronta las pruebas físicas de ingreso, aunque, lo más duro me temo que era "cumplir" convenientemente con las guayabas de Usera, exigentes cien por cien con nuestro compañero. Ni una palabra más, cedo los trastos de escribir:

Un buen día, después de un pequeño lapso de tiempo -interminable para un aspirante a “pitufo”-, nuestro amigo Richie recibió una llamada de la Guardia Civil, en la que le comunicaban la admisión a las pruebas de ingreso y la necesidad de pasar por la Comandancia para efectuar unos “trámites”. Como el veterano guardia civil que participaba estas circunstancias no era pródigo en explicaciones y, conociendo el aspirante la obligación de pasar unas pruebas físicas, se presentó en la Jefatura de la Comandancia (Aspirantes), con el atuendo deportivo preceptivo el día “D” a la hora “H” señalada.

Desconcertado recibe, como muchos de nosotros, un papelito en el que se le emplazaba formalmente para las pruebas médicas y físicas. Posteriormente, cuando llegó a su domicilio empezó a revisar las pruebas de marras cuidadosamente, preguntándose si los entrenamientos libres que había practicado servirían para pasar con éxito dichos ejercicios.

El día no acabaría así, sin más, pues al poco rato dos de sus vecinas de toda la vida subieron a su domicilio preocupadas para advertir que “La Secreta” de la Guardia Civil había estado en el inmueble para preguntar por él, haciendo preguntas sobre su conducta y ejemplaridad ciudadana. ¡Que iban a decir las vecinas de su Richie!, un tío sanote, deportista y querido en ese madrileño barrio de Usera, que no fueran buenas palabras y halagos sobre su persona.

En fin, salvado este proceso indagatorio de seguridad interna, empezó un mes de intensos entrenamientos, libres y a su modo de entender, claro, todo ello encaminado a concurrir en el primer concurso-oposición que se presentaba en su vida, teniendo la sensación que estaba opositando para un Cuerpo serio y de prestigio, y que poco tenía que envidiar al ingreso en la Academia del FBI en Quantico (EE.UU.).


CONTINUARÁ…………….