Estimados compañeros:
Recientemente he tenido oportunidad de conocer el discurso que la alcaldesa de un bonito pueblo de la Sierra de Madrid dedicó a la Guardia Civil en el día de su Patrona, la Virgen del Pilar. El pueblo es Alpedrete, y la Alcaldesa se llama Marisol Casado.
Marisol es algo más que una alcaldesa corriente. No habla como los políticos, pero sí como una madre y, sobretodo, como una española agradecida.
Alpedrete tiene tres rotondas dedicadas a las vítimas del terrorismo: la dedicada a Miguel Angel Blanco, la dedicada al Guardia Civil Antonio Molina (que contribuyera a evitar una masacre en Madrid, pagando el Servicio con su vida) y la dedicada a las Víctimas del Terrorismo. Si esta bella localidad rinde hoy homenaje permanente a aquellos que dieron su vida por España, con especial cariño a nuestra Guardia Civil, es porque Marisol se puso a la cabeza de los alpedreteños para que ese homenaje fuera realidad.
Como decía al principio de esta entrada en el blog, he conocido el discurso de Marisol y me ha impresionado, y por ello os lo pongo. Quien busque el discurso de un político, está equivocado; quien busque las palabras emocionadas de agradecimiento de una buena española, a continuación las encontrará.
Quiero pedirle, humildemente, a D. Arsenio Fernández de Mesa, Director General de la Guardia Civil, que reconozca a Marisol su labor en bien de la Guardia Civil, y para ello, me permito reclamar para ella la medalla al mérito de la Guardia Civil, que sin duda sabrá llevar con orgullo en nombre de todos los alpedreteños y españoles de bien.
Espero que disfrutéis del discurso, como buenos Guardias Auxiliares que sois:
Día del Pilar – Patrona de la Guardia
Civil. Collado-Villalba, 12 de octubre de 2013.
SRES. Y SRAS. AUTORIDADES CIVILES
SRES. OFICIALES Y SUBOFICIALES DE LA
GUARDIA CIVIL
GUARDIAS CIVILES
VECINOS Y AMIGOS
Queridos Guardias:
Lo más fácil para
deciros unas palabras en el día de vuestra Patrona, es afirmar el honor que
supone contar con vuestra invitación.
Lo más simple es
mencionar la importancia de la Guardia Civil en el mantenimiento de la
seguridad pública.
Lo más socorrido es
hacer referencia a la advocación de Ntra. Sra. del Pilar, de la que muchos
hablan pero hoy no saben que el Arzobispado Castrense homenajea con una medalla
institucional para los miembros del Cuerpo.
Lo más banal, la
vinculación de vuestro cuartel a nuestros municipios.
Pero hoy quiero, si me
lo permitís, hablar de sentimientos. Quiero hablaros no sólo como Alcaldesa,
sino sobre todo, como amiga del Cuerpo.
Quiero aprovechar estos
minutos para estimular vuestra memoria y acariciar vuestros corazones. ¿Sabéis
alguna de las cosas que envidio de vosotros? El sentimiento que ninguno ha
olvidado en Úbeda/Baeza, sn Valdemoro, en Aranjuez o en El Escorial al cruzar por vez primera la
entrada bajo la rúbrica de TODO POR LA PATRIA.
La media sonrisa que se
os escapó cuando, después de mucho esfuerzo, os visteis en el espejo la primera
vez que os pusisteis el tricornio.
Las lágrimas en soledad
cada vez que un hermano caía asesinado.
La tristeza de tener que
lavar vuestro uniforme verde oliva dentro de casa en las regiones en que por
proteger a la familia, no podíais -no podéis- decir que sois Guardias Civiles.
La íntima satisfacción
del deber cumplido cuando después de alguna interminable jornada de trabajo,
sin horas de descanso, o con el descanso interrumpido, llegáis por fin a casa,
sin esperar a que los ciudadanos os den las gracias porque lo hacéis sin
esperarlo.
Los servicios menos
agraciados, los de mayor fatiga, la dureza de acompañar cada poco tiempo a
familiares de fallecidos en la tan sufrida Agrupación de Tráfico.
Los meses de trabajo de
tensión y desvelos en el servicio de Información sin compartirlos ni con la
propia familia.
Y también, cómo no, los
buenos momentos, en la cantina, con las inverosímiles excusas del ciudadano
denunciado, las bromas que se gastaban al caimán, al turuta o al novato, las
guardias con “el chopo”, las carreras por la Academia, el paso corto, mirada
larga y mala leche.
Queridos guardias, no
sólo hoy, a diario, me siento una de vosotros, y aunque no me veis de uniforme,
saber que comparto muchos de vuestros sentimientos, somos muchos los ciudadanos
los que nos sentimos guardias civiles, y dejarme que lo confiese, siempre me
emociono recordando al Guardia Civil Antonio Molina y a tantos y tantos que
dieron la vida por España.
Dejemos las palabras
vacías para la prensa y para los que simplemente tienen que estar aquí en un
día como hoy, y quedémonos, todos nosotros, en el amor a la Patria, en TODO lo
que vamos a dar por Ella, hasta la última gota de nuestra sangre si fuera
preciso.
Cualquiera puede hablar
hoy de estadísticas, de servicios, de sacrificios ajenos, pero solo a nosotros
se nos encoje el corazón cuando cantamos “la muerte no es el final”.
Por ello, en homenaje a
todos ellos os pido que con la mayor solemnidad y si lo estima el Mando, en
posición de firmes, gritéis conmigo:
¡Viva España! ¡Viva la
Guardia Civil!
3 comentarios:
Es verdad que habla como una madre y no como una alcaldesa.Dan ganas de volver a creer en las personas.
Gracias Oscar.
Charly 34ªprom. 32ª cia.
habla como una persona lucida y agradecida a la que por lo que se ve no le importa ser políticamente correcta en estos tiempos que valorar la labor de los cuerpos y fuerzas de seguridad y en especial de la G. Civil es como si ondearas la bandera de algo ya muy pasado de moda y atrasado en el tiempo.
Si hubiera mas políticos así nos iría de otra manera.
un saludo.
Creo y si no recuerdo mal, después de tantos años de servicio y con tantos políticos diferentes con los que me ha tocado tratar, no he leido nunca un discurso como este en un político.
Con personas como esta señora ganaría mucho este país.
Con actos así, nos enorgullece de ser españoles.
Desde aquí gracias por creer en nosotros.
A. Melenchón
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