VOLVAMOS A LO NUESTRO

Tenéis que perdonar la demora en introducir nuevas entradas en el blog, pero ando algo liadillo. Sin embargo, nuestro compañero de la 11 promoción, el de la foto, ha querido hacernos partícipe de su fascinante historia, y yo, en nombre de todos se lo agradezco profundamente. Volvamos a nuestros quehaceres y os animo, como yo lo he hecho, a disfrutar con esta historia.

Yo nací y vivo en una localidad de la provincia de Cádiz, en dicha población la guardia civil no se conocía mucho porque el desempeño de la seguridad ciudadana siempre y desde que tengo uso de razón, ha estado realizada por la Policía Armada de entonces o el Cuerpo Nacional de Policía de ahora. Pero como en todas las localidades, en esta ciudad existía y actualmente se encuentra un acuartelamiento de la Guardia Civil realizando sus actividades que le son propias, pero que yo realmente inmerso en mis diecisiete años desconocía por completo, es más no me había preocupado ni en saber que labores realizaba el cuerpo de la Guardia Civil. Un día de clase como estudiante de 3º de BUP y en un recreo, un amigo me comentó: "Por favor, acompáñame al cuartel de la guardia civil para informarme que requisitos necesito para ingresar como guardia civil auxiliar" a lo que yo me quedé perplejo, y le dije ¿para presentarte a qué...?, realmente yo no tenía ni idea a lo que se estaba refiriendo, así que le acompañe. Así me vi en un cuartel viejísimo con un señor guardia primero que nos atendió dándonos unos panfletos informativos sobre la posibilidad de realizar el servicio militar en la guardia civil como voluntario especial y los requisitos necesarios para ello, pero a mi amigo le hacía falta autorización paterna para presentarse a las pruebas selectivas, negándosela, por lo que me pareció buena idea y después de consultarlo con mis padres, me autorizaron y tras realizar los exámenes en Cerro Muriano (Córdoba) y Campo Soto en (Cádiz) pude ingresar en la Academia de Guardias Auxiliares de Baeza. Y así me vi en un centro de formación militar y de la guardia civil a la cual desconocía por completo, inmerso en un sin fin de vivencias con compañeros durante los tres meses que duró el periodo y que se desarrolló en el año 1986. Tras la academia me mandaron destinado a una pedanía de Jerez de la Fra (Cádiz) donde no había más auxiliar que yo acompañado de cinco guardias civiles muyyyyyy veteranos, "apadrinándome" uno de ellos y acompañando a otros en los servicios diarios de correrías que se realizaban a diario por el campo, sobreviviendo con un sueldo de 36.000 pesetas y residiendo en unas instalaciones poco menos que dignas, pero eso era lo que había antaño. En ese tiempo me di cuenta que la palabra de un guardia civil en algunos casos "no sin demasiados estudios" era suficiente para hacer valer su autoridad y lo que representaba el uniforme que portaba; se escribía menos, se hablaba más con la gente, con los guardas de los cortijos, con los ciudadanos, los cuales pude comprobar como admiraban y respetaban a la guardia civil. Pues bien este "veneno" me fue minando y pasé de desconocer a la guardia civil por completo a convertirme en un ferviente admirador de ella, y en los días que pasan llevo ya veinte años en el Cuerpo, trabajando en lo que me gusta, defendiendo a muerte el uniforme que llevo, comprobando como ha cambiado la guardia civil para mejor, con buenos medios y con instalaciones dignas y sobre todo con la realización de servicios diarios que se pueden ver en la tv o prensa que hace de un espejismo para mí de la imagen desconocida de la guardia civil de hace veinte años y sintiéndome muy orgulloso de decir bien alto: ¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!