BATALLÓN Y LLAMADA

No puedo olvidar el primer día que me puse mi primer uniforme para un acto castrense solemne, imagino que vosotros, tampoco. Fue en Baeza, ya hace unos años, muchos nervios y mucho orgullo. Llevar aquel uniforme verde oliva era la culminación a mucho tiempo de ilusiones sin medida. Recuerdo el mimo con el que todos íbamos vistiendo las prendas de aquel uniforme tan deseado: zapatos relucientes, corbata con nudo perfecto, emblemas correctamente puestos, trinchas en su lugar, boina bien colocada…
El próximo día 8, aquellas sensaciones se apoderarán de nuevo de todos nosotros. Unos, vestirán con un dignísimo traje civil, otros con uniforme de las diferentes policías locales, ejércitos o policía nacional y otros…volverán a ponerse el uniforme verde que ostentarán por derecho propio. Yo, os envidio, y estoy seguro que el resto de compañeros también. Como ya he dicho en otras ocasiones, no pasa el día que al ver a un compañero, algo dentro de mí haga saltar los resortes de la añoranza de aquel tiempo en el que nosotros éramos los observados con envidia por otros.
Os quiero transmitir el profundo honor que tendré, Dios mediante, el próximo sábado en Baeza, de poder formar junto a vosotros, cantar nuestro himno, honrar a nuestros muertos y besar de nuevo la bandera a la que juramos fidelidad hasta la última gota de nuestra sangre. Esta vez mi uniforme no será verde, y no creáis, me cuesta horrores hacerme a la idea, aunque, si nada lo impide, ese uniforme portará un día el ansiado distintivo que acredite que YO SOY GUARDIA CIVIL AUXILIAR.