Estimados pitufos:
Resulta inevitable que, en estas fechas, aprovechemos para echar la vista atrás y hacer balance de lo ocurrido, lo bueno y lo no tan bueno. En lo colectivo, sin duda, aquellos que fuimos, somos, guardias civiles auxiliares, tenemos motivos suficientes para mostrarnos satisfechos. Hoy, más que nunca, nuestra historia ha adquirido una verdadera imagen institucional, que sin duda habrá de irse consolidando. Seguir trabajando por lograr el ansiado distintivo, o seguir animando a nuestros compañeros guardias, y que día a día se siguen batiendo el cobre defendiendo el bien común desde sus destinos, han de seguir siendo misiones irrenunciables.
Dicho lo anterior, no es menos cierto que todo colectivo tiene una inseparable historia individual. Desde mi privilegiada postura de relator de este blog, no son pocas las historias personales que conozco, unas buenas, otras directamente malas, alegres, tristes...
Quiero tener un recuerdo especial para aquellos pitufos que en este año nos han dejado, aquellos que están sufriendo el paro, o aquellos que han perdido a algún familiar y que hará que estas Navidad miren con ojos ausentes el hueco dejado por el ser querido.
No puedo olvidarme de todos los que prestáis servicio, especialmente en tráfico (por ser fechas en las que trabajan sin descanso), seguridad ciudadana o información.
La Navidad nos ha de traer sentimientos que vayan más allá de lo material. La esperanza es su verdadero sentido, y dicha esperanza es la que nos ha de mover a seguir cumpliendo a cada momento con nuestro deber, cada uno en su lugar.
Para ilustrar la entrada, os muestro un detalle de mi Belén, en el que os animo a que busquéis un figura especial.
Queridos pitufos, muy FELIZ NAVIDAD y un abrazo a todos.